¡Hola! Estamos a un paso del invierno en pleno otoño y viendo las fotos de los últimos días de verano en Cerdeña me hacen volver en el tiempo y soñar con estar con los pies llenos de arena, el pelo lleno de salitre, la mirada perdida en el inifito y feliz cual pez en el agua. A mi la naturaleza me da vida, soy de campo y encuentro paz cuando la he perdido allí. Cómo es posible que una chica del centro del país y tan lejos del mar siempre lo tenga en mente y deseando volver a él, planeando todos mis viajes para ir a su encuentro. Mis veranos consistían en contar olas y buscar las playas que tenían más olas para enseñarnos a como desenvolvernos en las corrientes y nunca luchar contra la naturaleza porque estamos perdidos, si no a dejarnos llevar y ser parte de ella. Siempre he tenido un gran respeto al mar y quizá sea ese respeto lo que me lleva amarlo tanto. ¿Sabías que el planeta tierra es más de un 70% agua? Respeta y cuida tu entorno siempre porque lo que haces hoy será el fruto de mañana. El sonido de las olas, el olor del mar son versos para mi alma que mi mente transforma en poesía. ¿No te pasa a ti también que cuando vas al mar tiene eso extraño de cansarte y recargarte las pilas? Será magia o será la madre naturaleza que siempre encuentra las respuestas a todo en esta vida.
Cerdeña es una isla hermosa de Norte a Sur donde sus lugareños conciben el mar y la tierra por partes iguales, o quizá para unos más el agua que la tierra. Tierra de navegantes y guerreros amables, con aguas cristalinas y bellos paisajes. Allá donde vayais comprobareís con vuestros ojos que las palabras se quedan cortas y la cámara no capta su esencia.
¡Qué ganas de ir otra vez al mar!
Con amor, Lara




